Estarás de acuerdo con nosotros en que uno de los grandes placeres de alojarse en un hotel lejos de casa es el desayuno. Levantarte y saber que te espera una mesa repleta de caprichos que degustar con calma, sin mirar el reloj, sin consultar los mil correos que tienes pendientes… se nos hace la boca agua.
Pero si tenemos que quedarnos con un desayuno, nos quedamos con el mejor del mundo. Y no lo decimos nosotros, sino los críticos gastronómicos de Madrid Fusión. ¿Dónde? Como no podía ser de otro modo, en el lugar que mejor conocemos, el mismo donde nacen nuestros zapatos: Mallorca.
Y es que el hotel Hospes Maricel ofrece por las mañanas una experiencia gastronómica difícil de olvidar, sin carta ni buffet, que se puede prolongar ¡hasta tres horas! Todo un universo de texturas y sabores que hacen de este desayuno una cita imprescindible si viajas a la isla.
Entre sus numerosos platos, podrás probar zumos y batidos recién preparados, mantequillas dulces y saladas, una espectacular crema de limón, chocolate y merengue o un huevo frito esponjoso con setas y crema de avellanas, además de las clásicas ensaimadas. Todo ello en un enclave privilegiado sobre el Mediterráneo. ¡No te olvides de reservar!